Nos
dijeron que hace un año, apenas habían un par de hoteles aquí; lo
que ahora resulta inconcedible. Nosotros estamos en Ngushwe, un
pueblo al norte del lago, que con el tiempo, se ha convertido en la
opción preferida de los mochileros.
El
primer día, nos encontramos con Hugo, un español muy viajero; con
el que nos fuimos a comer nuestra primera tortilla de patatas desde
nuestra partida. Y no estaba nada mal. (No es como la de mi madre, o
según Ixai como la de su aita, pero para ser birmana, perfecta).
Aunque, en realidad, fuimos a aquel sitio a comer pescado, que se lo
habían recomendado. Resultó que acabamos con unaspiezas gigantescas
de pescado y una tortilla..., pero ¿quién se puede resistir a una
"spanish omelette"? Y, al final, tampoco penséis que sobró
tanta comida, jijiji!! ;D
Al
día siguiente, seguimos disfrutando de las comodidades de Joy
(nuestro hostal); y decidimos darle un poco de tregua a nuestras
cansadas piernas. Bien merecido se tenían el descanso. ;P
Después
de reponer fuerzas y con un consistente desayuno en el estómago, nos
vimos con suficiente energía, para pillar unas bicis. A los diez
minutos, entramos en un pequeño monasterio, donde un monje nos
explicó brevemente su rutina diaria, y un poco de su vida. Después,
nos dejamos perder por una pequeña aldea cercana. ¡Nos encantó!
Son estas pequeñas sorpresas, lo que siempre hacen un viaje
especial. Seguir los pasos de alguien o de la guía, esta bien; pero
descubrir pequeñas atracciones invisibles para el resto, es aún
mejor. :))
Luego,
volvimos a seguir los consejos de nuestra amada Lonely y fuimos a
cotillear unas termas. Para hacerme a mi feliz, Ixai se dejó
convencer para pasar el resto del día solar allí. ¡Y que bien! ;D
Habían tres piscinas, de temperaturas diferentes; y cuando te
hartabas de bañarte, a descansar en la tumbona. Que tenías hambre,
pues a pedirte algo de comida y te la traían allí. Una pijada, una
turistada, como queráis llamarle; pero se estaba de bien. :))
(Rober, te hubiera encantado!!) Como decía una mujer mientras se
bañaba: "a veces, está bien darse un capricho!" Cuán de
acuerdo estoy con ella. ;P Y eso no fue todo, a la noche; como premio
por mi gran esfuerzo ciclista (¡que tensión!) un masaje relajante.
Invertimos algo más de lo acostumbrado, pero el mejor hasta el
momento. Sólo pensábamos en que esos deditos nunca abandonaran
nuestro cuerpo, jijiji!!!
Bueno,
y por fin, llegó el día. A visitar el lago Inle, que es por lo que
habíamos venido. Aprovechando que había una procesión, subían
algo los precios, y te hacían madrugar de más. Pero ha valido la
pena. El recorrido por el lago, está bien. Vas viendo las casas
flotantes, barcos repletos de verduras, locales o turistas, y si
tienes suerte, a pescadores. Éstos son lo mejor. Reman con una de
las piernas, resultando muy peculiar, para los que no estamos
acostumbrados. Y cómo no, las ya habituales tiendas disfrazadas de
talleres. '¬¬
Lo
que más nos ha gustado de la procesión, eran los barcos con música,
porque invariablemente, habían muchachos bailarines, rompiéndose al
son de la melodía. Aquí, los hombres se relacionan entre ellos de
forma diferente, el contacto entre ellos no está estigmatizado. Se
tocan, se abrazan, hasta pueden estar 10 minutos abrazados escuchando
el relato de alguien, y es algo socialmente normal. Nosotros la
primera vez que lo vimos, pensamos que serían una pareja gay, pero
al verlo en muchas otras ocasiones y entre diferentes hombres,
entendemos que es su forma habitual de relacionarse.
Esperamos
que Bagan, nuestro próximo destino, no deje un mal sabor de boca
tras de si, pues hasta este punto, este país nos está enamorando.
Seguimos
en dirección noroeste. Próxima parada: Bagan, donde los templos nos
esperan.
¡Besos
y abrazos!
 |
Relajada ;D |
 |
Procesión |
 |
Ixiana Jones de incógnito por el lago Inle ;P |
 |
Pescador del lago Inle y una de las fotos más típicas de Myanmar... ¡hasta es portada de la Lonely! |