El camino hasta Koh Tao fue toda
una experiencia en si mismo. Sabíamos que teníamos que coger un bus
de unas 3 horas, por una carretera famosa por sus curvas. Después
teníamos que esperar 4 horas y coger un tren nocturno de unas 15
horas, pasar el día en Bangkok para coger un último tren de 8 horas
hasta Chompung y de allí el ferry que finalmente nos llevaría hasta
Koh Tao. Si leyendo esto ya os morís de la pereza, imaginad tener
que hacerlo realmente. Y si a eso, le añadís el hecho de que el
tren nocturno de 15 horas se acabó convirtiendo en uno de 19, que al
llegar al tren para Chompung os daréis cuenta, sólo después de
insistir en que alguien estaba ocupando vuestros asientos, que os
equivocasteis de día en el billete y corre-corre ves a comprar otro
a la taquilla, que el tren de Chompung era una nevera y que habría
un autobús de una hora entre la estación de tren y ferry de
Chompung, en algun momento de ese viaje, habrías preferido gastaros
una millonada y venir cómoda y rápidamente hasta Koh Tao. Pero, así
es la vida del mochilero. ¡Que bien que apenas nos quedan unos días!
;)))
Pero todo cambia al llegar a Koh
Tao. Estamos en Tanote Bay, y ahora os escribo desde la cama, desde
donde oigo y veo el mar. ¡Y que vistas!
Aquí los días pasan
facilmente. Nuestras ocupaciones van desde hamaquear con un buen
libro y vistas, sacudirte el calor y sudor, con un buen baño y poco
más. Después de meses de actividad, de días de viaje, de grandes y
largas aventuras, el relax en su máxima expresión es un gran
contrapunto. Yo, la verdad, que soy feliz como una perdiz. Mientras
yo intento arrancar las últimas gotas de jugo de este gran viaje,
Ixai ya ha cambiado de página. Ya está preparándose para el
desafío que supondrá volver a la realidad.
Y Rober, como una iguana haría,
se adapta al ambiente. El ambiente es de puro sosegamiento y
tranquilidad, pues a relajarse en la hamaca con el ipad, pero, sin
perder de vista su actualidad social y cultural, a través del
iphone. ;))
Hoy ya es el último día en el
paraíso. Mañana vuelta a los viajes con mochila, aunque para la
vuelta sí nos hemos permitido un capricho y saltamos desde Surat
Thani, a un ferry de distancia de Koh Tao, hasta Kuala Lumpur. Y de
Kuala Lumpur hasta El Cairo, escala de cuatro horas y ¡¡¡holaaaaaa
Barceloooonaaaaaaaaaaaaaaa!!!
¡Besoooss y más besoooos!
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