lunes, 10 de diciembre de 2012

Koh Tao

El camino hasta Koh Tao fue toda una experiencia en si mismo. Sabíamos que teníamos que coger un bus de unas 3 horas, por una carretera famosa por sus curvas. Después teníamos que esperar 4 horas y coger un tren nocturno de unas 15 horas, pasar el día en Bangkok para coger un último tren de 8 horas hasta Chompung y de allí el ferry que finalmente nos llevaría hasta Koh Tao. Si leyendo esto ya os morís de la pereza, imaginad tener que hacerlo realmente. Y si a eso, le añadís el hecho de que el tren nocturno de 15 horas se acabó convirtiendo en uno de 19, que al llegar al tren para Chompung os daréis cuenta, sólo después de insistir en que alguien estaba ocupando vuestros asientos, que os equivocasteis de día en el billete y corre-corre ves a comprar otro a la taquilla, que el tren de Chompung era una nevera y que habría un autobús de una hora entre la estación de tren y ferry de Chompung, en algun momento de ese viaje, habrías preferido gastaros una millonada y venir cómoda y rápidamente hasta Koh Tao. Pero, así es la vida del mochilero. ¡Que bien que apenas nos quedan unos días! ;)))
Pero todo cambia al llegar a Koh Tao. Estamos en Tanote Bay, y ahora os escribo desde la cama, desde donde oigo y veo el mar. ¡Y que vistas!
Aquí los días pasan facilmente. Nuestras ocupaciones van desde hamaquear con un buen libro y vistas, sacudirte el calor y sudor, con un buen baño y poco más. Después de meses de actividad, de días de viaje, de grandes y largas aventuras, el relax en su máxima expresión es un gran contrapunto. Yo, la verdad, que soy feliz como una perdiz. Mientras yo intento arrancar las últimas gotas de jugo de este gran viaje, Ixai ya ha cambiado de página. Ya está preparándose para el desafío que supondrá volver a la realidad.
Y Rober, como una iguana haría, se adapta al ambiente. El ambiente es de puro sosegamiento y tranquilidad, pues a relajarse en la hamaca con el ipad, pero, sin perder de vista su actualidad social y cultural, a través del iphone. ;))
Hoy ya es el último día en el paraíso. Mañana vuelta a los viajes con mochila, aunque para la vuelta sí nos hemos permitido un capricho y saltamos desde Surat Thani, a un ferry de distancia de Koh Tao, hasta Kuala Lumpur. Y de Kuala Lumpur hasta El Cairo, escala de cuatro horas y ¡¡¡holaaaaaa Barceloooonaaaaaaaaaaaaaaa!!!

¡Besoooss y más besoooos! 

 



 

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