Hisipaw
es otro pueblecito rural del norte de Myanmar donde el turismo está
empezando a florecer. Todavía está en ese punto, donde el turista
encuentra algún menú en inglés y alguna que otra comodidad, pero
donde los importantes siguen siendo los locales. Tiene algunas aldeas
cercas, haciendo posible la explotación turísica de las mismas,
quedándose las ganancias en Hisipaw. Como ya nos pasó en Inle Lake,
pensamos que hace algún tiempo, éste debió ser un gran sitio para
explorar.
Aquí
encontramos un gran hostal, las habitaciones eran básicas pero
limpias, pero tenía unas terracitas que nos invitaban, más de lo
deseado, a quedarnos jugando al monopoly, ajedrez o leyendo. Y los
baños... ¡¡qué baños!! Eran nuevos, con una gran presión de
agua y, lo mejor, relucientes. Aún siendo compartidos, siempre
estaban limpios. Increíble, pero afortunadamente, cierto. ;) Fue ese
tipo de alojamiento que hace que te quedes más del tiempo planeado.
Como hace ya algún tiempo, nuestros amigos Lizzie y Thomas nos
dijeron, el alojamiento cambia la puntuación.
Hisipaw
tiene mucho más que ofrecer. ¡Una super tienda de batidos! Que, en
tan buenos clientes nos convertimos, que hasta colgaron nuestra foto
en la pared. Y un internet tan pésimo que aunque intentes conectar
con la vida real, la falta de posibilidades te lo impide. Que no
siempre, tiene que ser un aspecto negativo. ;) Ahora en serio, en
Hisipaw hay un montón de cosas que hacer. Una mañana fuimos a ver
una cascada que estaba a un par de horas y sólo el paseo hasta allí,
ya valió la pena. Nos volvimos a encontrar con las típicas casas de
bambú, los búfalos tomándose un baño, los barrizales empapándonos
de barro y las infinitas terrazas de arroz.
Y
cuando, finalmente, llegas, agua helada para refrescarte. Al
principio, ninguno de los dos nos queríamos meter, nos daba un poco
de yuyu eso de no ver el suelo; pero, aparecieron una pareja de
alemanes y no podíamos quedar como unos gallinas. Jijjijijiji!!! El
baño nos sentó de maravilla. Y lo mejor, es que hacías el muerto y
al abrir los ojos veías el cielo azul y el agua cayendo. Era una
vista de lo más estimulante.
Pero
no siempre se puede vivir alejado de la tecnología y civilización...
¡una verdadera lástima! ;P
Nuestros
pasos van hacia el sur. Siguiente parada: Mandalay.
¡Besos
y abrazos!
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