Rudyard
Kipling escribió: "Esto es Burma. No se parece a ningún otro
lugar en el que hayas estado" Y parece ser verdad. Tiene toques
de India, según dicen algunos viajeros; y a nosotros en ocasiones,
se nos parece a nuestra amada Indonesia. Pero, sin duda alguna,
Birmania es única.
Yangon
fue nuestro aterrizaje a este nuevo mundo, un país donde los hombres
llevan faldas, las mujeres se pintan la cara de blanco y todos tienen
la sonrisa fácil de un niño.
Sólo
bajar del avión ya te das cuenta que bien puedes dejar tus
comparativas en casa. ¡Empieza la aventura birmania! El móvil deja
de existir como teléfono, y adquiere una funcionalidad diferente.
Como despertador, calculadora o conversor. Curioso. Lo bueno, que no
hay conductores adictos al móvil, (¡que alivio!), no oyes el mismo
tono de móvil 50 veces en un viaje en bus, y la gente vuelve a mirar
a su alrededor para ver el mundo, en vez de intentar verlo por una
mini pantallita a través de whatsapps o mensajes de texto. Y la
verdad, es una delicia. ¿La comunicación? Ningún problema, igual
que hay paradas de fruta en los mercados, hay una parada de
teléfonos, y para llamar al vecino de parada, aquí no se llevan los
gritos, aquí se tiran besos... Mucho más amorosos. ;P Y las
anécdotas siguen. Los dólares, para que te los cambien tienen que
estar perfectos, no que a ti te parezcan inmaculados, noooo, sino
perfectos; sino ya puedes olvidarte de que te los acepten. (De
momento, nos han declinado dos, que a simple vista, estaban
perfectos... '¬¬).¡Increíble pero cierto! Y así, os podríamos
contar mil y un detalle que nos están impactando de este lugar y eso
que sólo estamos en una "gran" ciudad.
Yangon,
además, alberga una de las pagodas más increíbles del sureste
asiático: Shwedagon Paya. ¡Magnífica! Debemos reconocer que,
después de tantos templos en Bangkok no nos apetecía mucho visitar
otro más, pero inspirados por Marta (Yangon lo visitamos acompañados
de dos pares más de ojos ;)) ), accedimos a ir. Y ¡que bien que al
final lo hicimos! Es preciosa, y de noche con la iluminación más.
Además es el sitio más sagrado para cualquier budista birmano,
convirtiéndose casi en obligación, el visitar este sitio al menos,
una vez en la vida. Leído esto, el templo todavía adquiere una
atmósfera más mágica.
Nuestros
pasos se dirigen hacia el norte. Siguiente parada: Kalaw.
Las paradas de teléfonos |
... como desacreditar a un buda... '¬¬ |
Shwegadon Paya |
Un niño con thanaka (los polvos blancos) |
Las hermosas vistas de la parte de atrás de nuestro hotel... ¿Cuántas ratas contáis? ;P |
No hay comentarios:
Publicar un comentario