martes, 13 de noviembre de 2012

Kalaw y trekking hasta el lago Inle.

Kalaw es un pueblo montañero. No tendría más público que las tribus cercanas, si no fuera por su ubicación. Por ella, pasa a ser el punto de partida de uno de los trekings más interesantes, a nivel sociocultural, de la Birmania rural. Hay varias opciones, pero la mayoría optamos por los tres días, que te llevan hasta el lago Inle. Después de leer algunas opiniones, coincidimos en que era una obligación mochilera hacerlo. Y no nos decepcionó. :))
Sin duda, estos 3 días han sido lo mejor, hasta el momento, del viaje; y eso ya es mucho. Andar durante horas sin ver a nadie, encontrarte por el camino con atascos de búfalos y vacas, para variar; y poder ver a diferentes tribus de Sham en su ámbito natural; ha sido una experiencia única.
El andar, perdiéndote en tus pensamientos o simplemente disfrutando de las vistas, tiene algo de terapéutico. No existe el reloj, el tiempo se mide por el Sol, el hambre o tu cansancio; lo que llegue antes. Durante estos días estuvimos acompañados por 3 guías locales y una pareja suizochina de lo más curiosa, lo que daba todavía más encanto al ambiente. Cuando nos hartábamos de intentar entender a Noenoe, la guía que mejor hablaba inglés, dirigíamos nuestra curiosidad a Zuki o Janghez, que pacientemente arrojaban un poco más de luz sobre la cultura china, sin quejarse por ello. ;))
El camino era fácil, muy fácil; conocimos a otra pareja que habían ido por otro sendero y pobres, ¡hasta ampollas en los pies! Nosotros en cambio, andábamos lo justo para cansarnos y decir: “jo! Cuanto hemos andado hoy!” sin llegar a sufrir por ello. Además, nuestros guías resultaron ser unos excelentes cocineros, así que cuando el hambre nos azuzaba, siempre encontrábamos el remedio disfrutando con ello. Vaya, ¡una delicia!
Lo mejor, sin duda, eran las gentes que encontrábamos en el camino; a veces, en un poblado, o a veces, compartiendo el mismo sendero. La mayoría de las tribus son abiertas y sonrientes, algo muy birmano. La que más nos gustó fue la Pa'oh, una de las que creen ser descendientes de dragones. Esa creencia la simbolizan, llevando un pañuelo de colores muy vivos, en la cabeza. La primera vez que lo vimos, nos encantó.
A la noche, dormíamos en alguna aldea. La primera sin electricidad, lo que nos permitió ver cómo se divierten los jóvenes de estos lares. ¡Es una forma de vida tan diferente! Después de cenar, se reunen en casa de alguno de ellos, y se ponen a charlar o cantar, amenizados con algun guitarrista; y litros y litros de té. ¡Que suerte que aquella noche vinieron a nuestra casa! Luego nos enteramos, que el que nosotros estuviéramos allí era un añadido, las importantes eran nuestras dulces y resultonas guías. ;P Estuvo super bien poder presenciar algo así, pero sin sentirte un turista; simplemente uno más de la cuadrilla.
Pero todo lo bueno se acaba, y aunque en ese momento parte de nosotros, quería seguir de caminante birmano; otra parte se moría por una ducha caliente. Es lo que tiene haberse criado con ciertas comodidades, que luego las echas de menos.
Bueno, nuestros pasos han llegado a Inle Lake, así que desde aquí os escribiremos la próxima vez. ;D
¡Besos y abrazos!

Este es el rollo de Birmania


Cosas que Ixiana Jones encuentra al ir al baño, en sus excursiones nocturnas.




La sonrisa nunca falla. ;)))






Descojonados tras ver sus propias fotos... Más simpáticos.


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