viernes, 7 de septiembre de 2012

Penang

¡Se acabó Indonesia! Indonesia nos conquistó poco a poco y cuando tuvimos que salir, nos dimos cuenta que nos habíamos enamorado de este gigantesco país, lleno de contrastes. Obviamente, nos queda pendiente un viaje de vuelta para recorrer algunas islas que nos faltan, pero como en todo viaje, siempre hay elecciones que hacer.
Malasia, en comparación, nos parece civilizada, limpia, tranquila y occidental. Malasia se nos antoja asiática a lo occidental. Tienen baños asiáticos pero limpios, la gente es asiática pero hablan inglés, tienen tuktuks pero decoradísimos con flores.Os pondremos un ejemplo: en Indonesia antes de salir a la calle pensaba en el tiempo que pasaría andando por las calles, si iba a andar mucho me ponía zapatillas de deporte, si poco sandalias. ¿Por qué? Porque me daba cosilla pisar según que calles con las sandalias y mis pies "desprotegidos" tan cerca del suelo. Bien, en Malasia no creo que vaya a tener ese problema, a excepción de Kuala Lumpur; pero las capitales siempre son otro mundo. Los malayos no tienen el encanto de los indonesios. Aquí cada uno va a su bola, como en Europa. Nadie te pide que te hagas fotos con ellos, nadie te habla ni te sonríe por la calle y se me ocurre posiblemente imposible que te inviten a su casa por el mero hecho de compartir un trayecto de tren. Yo echo de menos los: "hallo mister! transport?" Ya formaban parte del sonido de los días, como el despertador o el sonido del metro, puede formarlo de la vida del currante.
Ahora estamos en Penang, una isla al noreste de Malasia, famosa por su variedad cultural y su cocina. Y la fama la tiene bien merecida. En una misma calle puedes encontrarte un templo chino y una mezquita, y al girar la esquina, entrar en "Little India" con sus templos hindús. Hay una mezcla de nacionalidades impresionante, pero todas parecen a gusto compartiendo la misma ciudad. En Chinatown, otra vez el sitio de los hostales baratos, hay chinos y guiris a partes iguales; y cuando sales de aquí, aparecen el resto. Ahora han vuelto a aparecer las mujeres vestidas con el nikab (la vestimenta femenina musulmán en la que sólo se le ven los ojos). Me crea tanta curiosidad cada vez que veo a una señora o chica vestida así. Siempre pienso: ¿será el marido, la familia o ella? Recuerdo a una que llevaba el nikab negro tradicional, los ojos muy vistosamente pintados y unos zapatos de un tacón altísimo con estampado de piel de tigre. Hicimos un viaje de autobús con ella y con su marido, y cuando coincidí con ella en el baño y desveló su cara, era hermosísima y jovencísima. Creo que no tendría más de 20 años e iba con el rostro entero maquillado hasta los labios rojos. Me sorprendió mucho. La verdad, que me encantaría que me explicaran que es lo que sienten, cuáles son sus ideales, sus motivaciones y cuál es su vida, aunque nunca me atrevo a entablar conversación. Algún día...
Georgetown es patrimonio de la humanidad por la Unesco. Las calles son hermosas y hay algunas que son historia pura, como la cannon street que fue la sede de la revolución china. Pero hay mil atracciones más. El Clan Jetty es un poblado flotante. No os imaginéis nada ruinoso ni sucio. ¡No! Son casas, con sus altares chinos a la entrada, encima de limpios tablones de madera. Es un barrio normal, con casas muy alargadas, simplemente flotante. Y a las afueras de Georgetown, se encuentra la mezquita flotante.
En Penang hay templos increíbles, el que más nos ha gustado Kek Lok Si, es un templo budista gigante para el que necesitamos más de dos horas para recorrerlo entero. Los templos tienen varios edificios, así que en comparación, las iglesias cristianas nos parecen ahora diminutas. Es lo que tiene el comparar.
El último día aquí visitamos el parque nacional, gratis. Ah, eso no os lo hemos dicho, estamos encantadísimos. Hay un montón de cosas gratis: el parque nacional, el ferry de vuelta a la península y un bus con aire acondicionado que recorre la ciudad. ;D
El parque nacional está bien, hay como 3 puntos a visitar: dos playas y un puente colgante. El puente estaba en obras así que nos quedamos con las ganas. Fuimos a la playa de los monos, aunque no sabemos porque tiene ese nombre porque no vimos ni uno allí; sí vimos varios en el camino. La caminata hasta allí es de unas dos horas y es agradable, aunque yo al final, ya estaba harta y pensaba en cómo volver sin tener que caminar. Al final, nos juntamos con un grupo de asiáticos y volvimos con ellos por algo menos de 6 €, un lujo.
Besoooss desde la calurosa Malasia,






Clan Jetty

Cualquier calle es idónea para hacer ofrendas.




Ixai con su horóscopo chino


Pese a la resistencia de Ixai, no pude evitar hacerme la foto de rigor. ;))


La cannon street





Mezquita flotante

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