miércoles, 12 de septiembre de 2012

Isla de Pangkor

Isla de Pangkor
Llegamos a la isla de Pangkor llenos de optimismo y motivación. Acompañados por un calor pegajoso, el único sitio donde apetecía estar es cerca del agua, así que una isla parecía ser la mejor opción.
Pasado un día ya vimos que no había absolutamente nada que nos apeteciera hacer. Los "deportes" acuáticos eran carísimos, no habían templos ni monumentos que visitar y hacer un treking era inimaginable. Sólo en el "paseo" de nuestra mini cabaña al baño, ya nos empapábamos de sudor o de lluvia. A excepción de cuando el Sol se iba, no había término medio. Y ya habíamos pagado 5 noches por adelantado... '¬¬ La perspectiva no era alentadora.
Como siempre, nada es malo ni tan bueno, como uno imagina, en un inicio. Para nosotros, tan acostumbrados a tener un horario lleno de actividades, estos días han sido de puro relax. Nos levantábamos, desayunábamos, jugábamos al ajedrez (lo que hace el aburrimiento... jajajja!!), leíamos, nos bañábamos, comíamos, volvíamos al ajedrez , peli o Sopranos, cena y peli o sopranos, y ya quedaba una noche menos. La verdad que el ambiente tampoco invitaba a más. El “pueblo”, tres calles llenas de hoteles, parecía un pueblo fantasma: todo cerrado
En cambio, en el hostal siempre habían alicientes, quizás un mono bajaba y robaba algo de comida, con el consiguiente alboroto de todos los presentes; o un tucán se posaba en lo alto de la cabaña. Además, el ambiente era agradable. Estaba lleno de mochileros peculiares.Una mañana, mientras volvía a la cabaña de lavarme los dientes, después de un educado: ¿Qué tal?me vi escuchando las penas de Enricco, (un mochilero muy majo) que acababa de romper con su novia; y así, pasamos Ixai y yo a ser los psicólogos personales de este curioso personaje. Mi trabajo consistía en reportar el estado anímico de la muchacha, cada vez que intercambiaba con ella dos palabras. Y el de Ixai era escucharlo a él. Como ya os hemos dicho, en el hostal siempre habían alicientes. ;))
Ahora estamos en la previa de Vietnam. Ixai está como un niño en la mañana de Reyes, todo emocionado pensando en todas las opciones. Por un lado, nos apetece muchísimo Vietnam, los mercados flotantes, la Halong Bay, los paisajes... pero, por el otro..., todos los viajeros hasta el momento, coinciden en lo mismo: los vietnamitas son duros de pelar. Hasta nos han aconsejado que si nos empiezan a chillar, que nosotros no nos asustemos y les chillemos más fuerte. A lo que nosotros, pensábamos: ¿cómo que nos van a chillar?
Pero bueno, no os preocupéis, que ya os iremos contando.
Besos y abrazos fronterizos, 
Nuestra mini cabaña

Uno de los asiduos en las alturas del hostal

El ganador y el perdedor. El quién es quién, os lo dejo a vuestra intuición. ;)



 

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