domingo, 16 de septiembre de 2012

Ho Chi Minh y delta del Mekong

Ho Chi Minh es la tierra prometida de las motos, donde ellas son las reinas indiscutibles de las calzadas y las aceras. Después del caos de Yakarta creíamos que ya estábamos un poco inmunizados, ingenuos de nosotros, al caos asiático; pero Ho Chi Minh está en otra liga. Las motos invaden cada centímetro de la calzada y, si se colapsan entre ellas, suben a las aceras, y tocan el pito, hasta que los peatones las dejamos pasar. Una auténtica locura.
Esta ciudad alberga el museo de la guerra de Vietnam. Muy interesante pero complicado para los sensibles, entre los que me incluyo. En la parte de fuera tiene tanques y armas dejadas por los estadounidenses, y el interior del edificio contiene fotografías y textos con los horrores de la guerra, propaganda pacifista y documentos relacionados con el conflicto. A partir de la segunda planta, empieza el horror: el agente naranja. Cuando salimos, nos preguntábamos: ¿si a nosotros nos conmociona, cómo será para los herederos de la guerra, que tras generaciones, siguen padeciendo los efectos del agente naranja?
Después de tanta conmoción, nos cogimos un tour para ver el delta del Mekong. Una de cal y una de arena. :D El Mekong, es una de las cosas que más ilusión nos hacía de Vietnam. Viendo los documentales en casa, hace ya algunos meses, no puedes llegar a imaginar lo que este inmenso río significa. Cogimos un tour de un par de días, con estancia en homestay. El primer día fue un poco decepcionante, eran tiendas con alguna atracción turística, bien podía ser una fábrica de caramelos o hacerte fotos con una pitón y la inevitable tienda para comprar. Para llegar a los sitios te llevaban en diferentes tipos de embarcaciones, así que no había escapatoria. Al final del día, estábamos un poco desanimados, pero afortunadamente todavia nos quedaba la homestay.
Para llegar hasta la casa, nos llevaron en un pequeño bote que navegaba por diferentes afluentes del Mekong. No se oía nada más que nuestro motor y no se veía a nadie aparte de los habitantes del río. No habían turistas con cámaras, ni chinas gritonas... Era perfecto poder disfrutar del Mekong a solas.
La homestay era como un hostal adosado a la casa familiar. A los 15 minutos allí, ya teníamos la cena lista. ¡Una maravilla porque estábamos hambrientos! Tres inglesitos nos acompañaban y después de cenar, el padre de familia, nos invitó a unos chupitos de licor de arroz, lo que ellos llaman el agua feliz. Fue la recompensa por el día de tiendas, jijiji!!! Al final, nos acabamos tomando unos 7 chupitos, brindando al son de: “Mo-Ha-Bai-Yo” algo así como salud en vietnamita; mientras el agua feliz aligeraba nuestra lengua y risa. ¡Nos lo pasamos pipa! :)))
A las 5:30 empezó nuestro siguiente día, primero un paseo por la aldea, desayuno y de vuelta en bote al barco turístico, donde nos reunimos con el resto del grupo. Ese día tocaba el mercado flotante. Éste debía ser el punto fuerte del tour, pero otra vez la decepción asomó la cabeza. Más que un mercado, eran puestos para turistas, no había ningun vietnamita comprando, sólo barcos y más barcos turísticos. Y luego, de vuelta a Ho Chi Minh, de vuelta al caos y a los restaurantes con comida occidental a precios de risa. (Sí, después de tanto tiempo, se agradece encontrar comida occidental rica. ;D)
Ahora ya nuestros pasos se dirigen hacia el norte. Siguiente parada: Nha Tran.
Beeesssooooooooooooossss




Super acojonada cogiendo la pitón!!! ;D

Ixiana Jones, tan acostumbrado al peligro, impasible . :)))

Ixiana Jones a lo Mekong.

Que bien, que entre él y nosotros hubiera una verja. :)))


¡¡¡Mo-Ha-Bai-Yooooooo!!!


Una de las "tiendas" del mercado flotante.

El mercado flotante


Cortando los noodles de arroz, como veis éramos los únicos viéndolos. ;P

Noodles de arroz secándose al Sol

Aquí es muy popular jugar a una especie de damas chinas.





 

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