sábado, 29 de septiembre de 2012

Hué

Volvemos a lo turístico, con sus sleeping bus, los buenos restaurantes (¡¡como os hemos echado de menos!!), las calles llenas de agencias de viaje y el inglés a lo vietnamita. Lo que más feliz nos hizo, fue poder comer una pizza, ¡queeee riiiicaaaaaaaa! :))) Y por la tarde, ya empezamos a mirar tours para ir a los túneles de Vinh Moc. Ixai no cabía en si, de puro entusiasmo. Creo que si hubieran habido 500 agencias, me habría arrastrado por ellas. Yo, de vez en cuando, le dejaba a solas con sus amadas agencias y me daba un garbeo por las tiendecillas. Cada loco con su tema. ;))
Su búsqueda no fue en vano. Encontramos los mejores tours, bueno, en realidad, casi todos son iguales; pero al menos pagamos lo mínimo. A las 6 del día siguiente empezaba nuestro viaje. Durante el día vimos muchas cosas que no merecían ni los 10 minutos de la parada...sólo para justificar el dinero pagado; pero ya se sabe lo que hay en estos tours. Fuimos a un par de bases militares, una estaba guay porque tenía unas recreaciones de trincheras y varios aviones y tanques; pero en la otra sólo quedaba el cadáver de un tanque frente a un cementerio. Ahí estaban enterrados muchos soldados desconocidos. Luego visitamos un antiguo paso de vietcongs, pero el paso había sido transformado en una autoppista, la ruta Ho Chi Minh, así que poco había que ver .... ¿Para qué nos paran en un sitio, donde ya no está lo que venimos a ver? '¬¬
Por la tarde, finalmente, fuimos a los túneles. ¡Que chulos! Son estrechos y angostos, pero muchas veces significaron la diferencia entre la vida y la muerte. Tardaron 20 meses en construirlos y tienen 3 niveles, siendo el de 24 metros el más profundo. Están tan bien ocultos que nunca consiguieron dar con ellos, ni siquiera por aire. Caminando por ahí y viendo las family room, o el paritorio (un rectángulo que no tendrá más de metro y medio por un metro); te parece increíble que allí pudieran "vivir" tantas familias, y que años después lo que salvó la vida de tantos, se convierta en atracción turística. Imaginamos que cosas del paso del tiempo.
Al día siguiente, hicimos el tour por la ciudad, donde visitamos la Thien Mu Pagoda, una de las pagodas más emblemáticas de Vietnam y dos tumbas: la de Minh Mang y Khai Dinh. Los tres monumentos eran asombrosos, cada uno a su estilo. Aquel día nos diluvió, así que no tenemos muchas fotos, ¡¡buuuu!! La mayoría del tour fue en barco, así que mientras nos transportaban de una atracción a otra, nosotros, los guiris, disfrutábamos de un paseo por el río. ;))
En el tour coincidimos con una pareja de españoles majísimos: Fernando y Eva, a los que saludamos desde aquí. ;) Después del tour nos fuimos con nuestros nuevos amigos a tomar algo. Estuvimos hablando sobre la comida y la forma de comer española e intercambiando anécdotas viajeras. Llegó el punto en que olvidamos que estábamos en Vietnam. Fue tan agradable. :D Bueno, sólo os decimos que luego nos fuimos a cenar los 4 y no contentos con haber pasado casi todo el día juntos, decidimos ir a tomar la última antes de dormir. ¡¡Jaajajajajajaa!! ¡¡Como en casa, vaya!! ;))
Ahora nos dirigimos al norte. Siguiente parada: Dong Hoi.
Besoteeesssss!!!
En las trincheras



Ixai atrapado entre vendedores vietnamitas... jajajjaa!!!

Ixai sucumbiendo a la presión.

En los túneles de Vinh Moc. Otra vez, ventajas de ser de estatura media... ;)))


La pagoda Mu Thien

 


 

martes, 25 de septiembre de 2012

Buon Mo Thuot y Kon Tum

Vietnam va de autobuses. Después de quedar enamorados del sleeping bus, para llegar aquí vinimos en un mini autobús. Para empezar, nuestras piernas no cabían en los asientos, y teníamos que estar sentados de lado, no nos queremos imaginar cómo irá la gente que es alta... ¡ventajas de ser de estatura media! ;D Además, nos apretujaban a no poder más, y para nuestra suerte, venía con nosotros, la vomitona. Nos daba lástima, porque la pobre mujer igual llegó a vomitar 10 veces en el trayecto, pero también nos daba un poco de asquete...!! En el bus a Kon Tum, nuestra suerte no mejoró. Cuando entramos apenas podíamos respirar del hedor a pies, y al ponerse en marcha nos dimos cuenta que saltábamos como grillos. Estábamos en la última hilera, así que cada vez que encontraba un bache, nosotros saltábamos del asiento. Me moría de ganas de chillar al conductor para que condujera con más delicadeza..., pero luego me dí cuenta que lo de la delicadeza no era su especialidad. Para ir al baño, en vez de parar en algún bar o puesto con baños, paró en medio de la carretera, y ya nos veis a unas 25 personas “yendo al baño” allí mismo. Las mujeres detrás de unos mini arbustillos y los hombres al lado del asfalto. Digno de ver. Al final, todo quedan como anecdotillas graciosas, aunque en el momento quieras asesinar a alguien... jajaja!!!

En Buon Muo Thuot hemos conocido de primera mano lo desagradables que pueden llegar a ser algunos vietnamitas. ¡Que afortunados nosotros! '¬¬ El primer día fuimos a comprar unos brics de leche, y cuando intentaba aclarar si el precio era por bric o por paquete, me empezó a chillar, y nos echó de su puesto. ¡Nos quedamos perplejos! Pero a la mañana siguiente, todavía nos quedaba aguantar más. Llegamos a la estación de autobuses, para ir al lago Lake; y cuando preguntábamos todo era desinformación, y al final, cuando encontramos el supuesto bus y preguntamos el precio del trayecto, se hizo un corro de unos 6 chicos, que nos decían el precio que les parecía. Nosotros sabíamos que lo que nos pedían era demasiado, así que intentábamos negociar, pero ellos se negaban; así que al final, tuvimos que desistir. La guinda llegó que cuando nos íbamos todavía nos decían bye riéndose, como diciendo, no queréis pagar, pues no subís. Acabamos con un humor de perros, tanto que decidimos hacer huelga ese día. Serie de Sopranos (¡estamos enganchadísimos!), comer y holgazanear... y el mínimo contacto con gente local. Fue tan frustrante, saber que te están timando y que sólo por el hecho de ser turistas te intenten estafar... pero bueno, todos los problemas fueran esto...

Al final, buena suerte, mala suerte... ¿quién sabe?... Resultó que uno de los taxistas nos decía la verdad, y el bus local (el verdadero) no paraba en la estación de buses; así que al día siguiente conseguimos ir al lago Lak, por mitad de precio. ¡Precioso! Sólo el trayecto hasta allí ya vale la pena. Está lleno de campos de arroz rodeados de montañas. Parece que llevamos la vida viendo campos de arroz, pero tienen algo que hace que cada vez que ves uno hermoso, sea como la primera vez. ¡Nos encantan! Además aquí todo el mundo va con los gorritos vietnamitas, parece como si vieras una postal tras otra.

El lago Lak está rodeado de aldeas Jen, con sus largas casas. Es curioso ver como hay nuevas (de cemento y adornadas) y más tradicionales (de bambú); pero todas con la misma forma y altura. Todas estaban habitadas y en la mayoría de ellas habían cerdos vietnamitas, ¡más monos! Éramos los únicos turistas y se notaba que los turistas venían a cuentagotas; lo que hacía que pudiésemos disfrutar de la vida local, a nuestro antojo.

Después de pasear por la aldea y los alrededores del lago y sacar 500 fotos a todo, decidimos montarnos en elefante. ¡Que guayyy! El paseo duraba una hora y costaba algo así como 12€ entre los dos...Teniendo en cuenta que en las agencias que habíamos mirado, costaban 20 dólares por persona, nos pareció un chollo. Primero ibas a dar una vuelta por la aldea y luego venía lo mejor: se bañaba en el lago. Fue divertido, porque había veces que hacía un chapuzón de la cabeza y nos mojaba hasta las rodillas, mientras el cuidador venía donde nosotros, para no mojarse entero. ¡Estuvo gracioso!

Después de Buon Mo Thuot, fuimos a Kon Tum que está un poco más al norte. Aquí podemos decir que hemos hecho más turismo gastronómico, que otra cosa. Hemos probado la rana frita, el jabalí y platos típicos vietnamitas con a tope de jengibre.

Se suponía que habían unos poblados muy chulos cruzando el río, y allí nos dirigimos. Primero visitamos una iglesia hecha completamente de madera, ¡muy bonita! Y luego seguimos la calle. Al final, decidimos abandonar la vía principal y poder ver unos barrios que también habían sido aldeas. Allí sí llegamos. Vimos las típicas casas Bahnar, y paseamos por un camino que atravesaba campos. Decidimos atajar por ahí, hasta encontrar el río para cruzarlo; pero después de más de una hora andando, bajo un sol abrasador (nos quemamos un poquito... sí, todavía somos capaces de quemarnos '¬¬ ), finalmente encontramos el río; pero ni rastro del puente. Como ya estábamos hechos polvos y todavía nos quedaba un buen trecho, decidimos volver siguiendo el río. El paseo acabó resultando muy bonito, y aunque vimos todo lo que la mayoría ve; nos quedamos con ganas de más. Pero bueno, las cosas no siempre salen bien... Y suerte que tuvimos, de ir al lago Lak, que nos encantó! Y buena suerte, mala suerte... ¿quién sabe?

Ahora nos dirigimos para el noreste. Siguiente parada: Hué.

¡¡Besos y abrazoooss!! 

Las casas típicas


¡¡La mamá cerdita con sus bebés!!

Peinando el arroz mientras se seca al Sol

El lago Dak



Wooden church: por fuera

Wooden church: por dentro

Más casas típicas: esta vez es la comunal

 

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Nha Trang

Hasta Nha Trang vinimos en sleeping bus, unos buses donde en vez de asientos tienes camas. Es mucho más cómodo que el bus normal y es muy vietnamita. ;))
Nha Trang podría ser una mezcla entre Lloret, Palma de Mallorca y Benidorm; pero en vez de alemanes hay rusos y hay un fondo marino increíble. Es el típico pueblo costero vendido a los turistas, con sus buenos y baratos hoteles y restaurantes.
El primer día fuimos a ver un templo hindú que está en las afueras, el templo en si está bien, pero lo que sí vale la pena son las vistas. El templo está en lo alto de una colina desde la que se puede ver casi toda la ciudad. Después de verlo, decidimos arriesgar nuestras ya algo tostadas pieles (poco a poco lo vamos consiguiendo ;D ), y volver andando, para poder apreciar y cogerle el pulso a la ciudad, fuera de la zona de guiris.
Caminando bajo el Sol, vimos a lo alto de otra colina, un templo budista a lo chino y decidimos acercarnos. Mientras abajo, en la calle, había el típico ruido de la ciudad a mediodía, básicamente tráfico (que pesados con el cláxon...); arriba, en el templo, reinaba el silencio y la tranquilidad. Era como si pudieras desconectar de todo lo que había unos escalones abajo, y conectarte con aquello que quisieras. Habían algunos monjes ¿budistas? aunque éstos iban con el traje negro, niños que volvían del colegio y un par de mujeres limpiando, que nos iban indicando por donde seguir. Lo único que quitó el encanto fue descubrir un ascensor, nosotros que ya nos imaginábamos en el algún escenario digno de "7 años en el Tibet" y nos invitan a bajar en ascensor... ¡que manera de aguar la fiesta! Y... ¿dónde estaba el ascensor cuando tuvimos que subir? '¬¬
A la tarde nos sorprendió el diluvio universal, así que nos fuimos al hotel y allí holgazaneamos hasta que el hambre pudo con la pereza de mojarnos. Cuando bajamos, nos encontramos con una pequeña sorpresa: ¡la calle estaba inundada! Y cuando decimos inundada, nos referimos a que el agua nos llegaba hasta las rodillas en algunos trozos, fue como una bienvenida al clima monzónico.
El segundo día en Nha Trang nos decidimos a explorar el fondo marino. Íbamos en un bote con un isrraelí, 6 vietnamitas y la tripulación, que a la vez, hacían de monitores de buceo. Ixai, aunque se vió tentado por el buceo, al final acabó decantándose por el snorkel y yo por el buceo, y estuvo super bien!! ¡Ambos lo disfrutamos como niños! :)) Luego, fuimos a una especie de piscifactoría en el mar, y podías pedir lo que quisieras que lo "pescaban" para ti... ¡Más fresco imposible! Nosotros tuvimos que pasar, porque nos esperaba la comida en el barco. Los vietnamitas al ver nuestra falta total de habilidad con los palillos, nos pasaron los tenedores. :D A la tarde, decidimos que para "perder" la tarde en el hotel, bien la podíamos perder en una camilla mientras nos masajeaban, y más viendo los precios. Un masaje de cuerpo entero, una hora, 5€... ¿No hubieráis tomado la misma decisión vosotros? ;P
Y a la noche, como el día no había sido suficientemente bueno, jijijiji!!!; nos decidimos compensar con un: ... ¿estáis listos? ... Bocatas de jamón de serrano con queso y salami... ¡¡¡queee bueenoooosss!!!
Así que nada, relajaditos y con la panza satisfecha, nos despedimos!!!
Nuestros pasos van hacia el oeste. Siguiente parada: Buon Mo Thuot.
Besooooss y abrazoooss!!!!!
Sleeping bus





La calle convertida en río


domingo, 16 de septiembre de 2012

Ho Chi Minh y delta del Mekong

Ho Chi Minh es la tierra prometida de las motos, donde ellas son las reinas indiscutibles de las calzadas y las aceras. Después del caos de Yakarta creíamos que ya estábamos un poco inmunizados, ingenuos de nosotros, al caos asiático; pero Ho Chi Minh está en otra liga. Las motos invaden cada centímetro de la calzada y, si se colapsan entre ellas, suben a las aceras, y tocan el pito, hasta que los peatones las dejamos pasar. Una auténtica locura.
Esta ciudad alberga el museo de la guerra de Vietnam. Muy interesante pero complicado para los sensibles, entre los que me incluyo. En la parte de fuera tiene tanques y armas dejadas por los estadounidenses, y el interior del edificio contiene fotografías y textos con los horrores de la guerra, propaganda pacifista y documentos relacionados con el conflicto. A partir de la segunda planta, empieza el horror: el agente naranja. Cuando salimos, nos preguntábamos: ¿si a nosotros nos conmociona, cómo será para los herederos de la guerra, que tras generaciones, siguen padeciendo los efectos del agente naranja?
Después de tanta conmoción, nos cogimos un tour para ver el delta del Mekong. Una de cal y una de arena. :D El Mekong, es una de las cosas que más ilusión nos hacía de Vietnam. Viendo los documentales en casa, hace ya algunos meses, no puedes llegar a imaginar lo que este inmenso río significa. Cogimos un tour de un par de días, con estancia en homestay. El primer día fue un poco decepcionante, eran tiendas con alguna atracción turística, bien podía ser una fábrica de caramelos o hacerte fotos con una pitón y la inevitable tienda para comprar. Para llegar a los sitios te llevaban en diferentes tipos de embarcaciones, así que no había escapatoria. Al final del día, estábamos un poco desanimados, pero afortunadamente todavia nos quedaba la homestay.
Para llegar hasta la casa, nos llevaron en un pequeño bote que navegaba por diferentes afluentes del Mekong. No se oía nada más que nuestro motor y no se veía a nadie aparte de los habitantes del río. No habían turistas con cámaras, ni chinas gritonas... Era perfecto poder disfrutar del Mekong a solas.
La homestay era como un hostal adosado a la casa familiar. A los 15 minutos allí, ya teníamos la cena lista. ¡Una maravilla porque estábamos hambrientos! Tres inglesitos nos acompañaban y después de cenar, el padre de familia, nos invitó a unos chupitos de licor de arroz, lo que ellos llaman el agua feliz. Fue la recompensa por el día de tiendas, jijiji!!! Al final, nos acabamos tomando unos 7 chupitos, brindando al son de: “Mo-Ha-Bai-Yo” algo así como salud en vietnamita; mientras el agua feliz aligeraba nuestra lengua y risa. ¡Nos lo pasamos pipa! :)))
A las 5:30 empezó nuestro siguiente día, primero un paseo por la aldea, desayuno y de vuelta en bote al barco turístico, donde nos reunimos con el resto del grupo. Ese día tocaba el mercado flotante. Éste debía ser el punto fuerte del tour, pero otra vez la decepción asomó la cabeza. Más que un mercado, eran puestos para turistas, no había ningun vietnamita comprando, sólo barcos y más barcos turísticos. Y luego, de vuelta a Ho Chi Minh, de vuelta al caos y a los restaurantes con comida occidental a precios de risa. (Sí, después de tanto tiempo, se agradece encontrar comida occidental rica. ;D)
Ahora ya nuestros pasos se dirigen hacia el norte. Siguiente parada: Nha Tran.
Beeesssooooooooooooossss




Super acojonada cogiendo la pitón!!! ;D

Ixiana Jones, tan acostumbrado al peligro, impasible . :)))

Ixiana Jones a lo Mekong.

Que bien, que entre él y nosotros hubiera una verja. :)))


¡¡¡Mo-Ha-Bai-Yooooooo!!!


Una de las "tiendas" del mercado flotante.

El mercado flotante


Cortando los noodles de arroz, como veis éramos los únicos viéndolos. ;P

Noodles de arroz secándose al Sol

Aquí es muy popular jugar a una especie de damas chinas.





 

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Isla de Pangkor

Isla de Pangkor
Llegamos a la isla de Pangkor llenos de optimismo y motivación. Acompañados por un calor pegajoso, el único sitio donde apetecía estar es cerca del agua, así que una isla parecía ser la mejor opción.
Pasado un día ya vimos que no había absolutamente nada que nos apeteciera hacer. Los "deportes" acuáticos eran carísimos, no habían templos ni monumentos que visitar y hacer un treking era inimaginable. Sólo en el "paseo" de nuestra mini cabaña al baño, ya nos empapábamos de sudor o de lluvia. A excepción de cuando el Sol se iba, no había término medio. Y ya habíamos pagado 5 noches por adelantado... '¬¬ La perspectiva no era alentadora.
Como siempre, nada es malo ni tan bueno, como uno imagina, en un inicio. Para nosotros, tan acostumbrados a tener un horario lleno de actividades, estos días han sido de puro relax. Nos levantábamos, desayunábamos, jugábamos al ajedrez (lo que hace el aburrimiento... jajajja!!), leíamos, nos bañábamos, comíamos, volvíamos al ajedrez , peli o Sopranos, cena y peli o sopranos, y ya quedaba una noche menos. La verdad que el ambiente tampoco invitaba a más. El “pueblo”, tres calles llenas de hoteles, parecía un pueblo fantasma: todo cerrado
En cambio, en el hostal siempre habían alicientes, quizás un mono bajaba y robaba algo de comida, con el consiguiente alboroto de todos los presentes; o un tucán se posaba en lo alto de la cabaña. Además, el ambiente era agradable. Estaba lleno de mochileros peculiares.Una mañana, mientras volvía a la cabaña de lavarme los dientes, después de un educado: ¿Qué tal?me vi escuchando las penas de Enricco, (un mochilero muy majo) que acababa de romper con su novia; y así, pasamos Ixai y yo a ser los psicólogos personales de este curioso personaje. Mi trabajo consistía en reportar el estado anímico de la muchacha, cada vez que intercambiaba con ella dos palabras. Y el de Ixai era escucharlo a él. Como ya os hemos dicho, en el hostal siempre habían alicientes. ;))
Ahora estamos en la previa de Vietnam. Ixai está como un niño en la mañana de Reyes, todo emocionado pensando en todas las opciones. Por un lado, nos apetece muchísimo Vietnam, los mercados flotantes, la Halong Bay, los paisajes... pero, por el otro..., todos los viajeros hasta el momento, coinciden en lo mismo: los vietnamitas son duros de pelar. Hasta nos han aconsejado que si nos empiezan a chillar, que nosotros no nos asustemos y les chillemos más fuerte. A lo que nosotros, pensábamos: ¿cómo que nos van a chillar?
Pero bueno, no os preocupéis, que ya os iremos contando.
Besos y abrazos fronterizos, 
Nuestra mini cabaña

Uno de los asiduos en las alturas del hostal

El ganador y el perdedor. El quién es quién, os lo dejo a vuestra intuición. ;)



 

domingo, 9 de septiembre de 2012

Ipoh

Ipoh no hubiese entrado en nuestro itinerario, si no fuera por su ubicación y las cuevas que la rodean. Con 10 días por delante, nos planteábamos si valdría la pena ir a la costa oeste o bien, quedarnos y visitar a fondo la costa este. Al final, optamos por la segunda opción y ahí entró Ipoh.
A la ciudad no le acabamos de encontrar el encanto. Seguramente cuando era un pueblecillo sería precioso, imaginamos que sería como Harau Valley, pero en colonial. Un pueblo lleno de preciosos edificios coloniales, rodeado de grandes y afiladas montañas. Pero al convertirse en ciudad, imaginamos que perdió su encanto.
Ipoh es una pequeña ciudad dividida en dos: Old and New town. La perte antigua, como ya os podéis suponer, aloja a todos los edificios coloniales y es agradable perderse entre sus calles. Especialmente, nos gustó la estación de trenes: blanca impoluta rodeado de césped.
Pero lo mejor de Ipoh, sin duda, son las cuevas que lo rodean. Nosotros empezamos visitando las cuevas-templo. Nos gustó especialmente la Perak Tong. Ixai subió hasta lo alto y allí se encontró con un pequeño y tranquilo templo con su propio jardín privado. Un sitio que invitaba a meditar o merendar, depende de tus prioridades ;D La cueva estaba muy bien cuidada, llena de budas y pinturas sagradas en las paredes.
Antes que a ésta, visitamos la XXXXX, donde me acordé de mi madre, de Ana Rosa y de mi primo Joan tanto a la subida como a la bajada. ;P Esta cueva supuso un reto. Habían unas escaleras que no eran ni muy pequeñas, ni muy altas, ni parecían a simple vista muy peligrosas, hasta tenían barandilla; pero me daban un vértigo terrible. Eran más o menos anchas, pero de madera; y tenían una única barandilla que te llegaba a la cintura y nada por arriba ni por abajo. En un principio, pensé en dejar que Ixai explorara la parte de arriba y yo conformarme con las fotos. Pero hay veces que está bien enfrentarte a lo que temes e intentar vencerlo. (Ahora imagino a mi hermana pensando: ¡flipada!) Y en esta ocasión, jugaba con ventaja. Era casi imposible caerme por ahí, pero el miedo es irracional; no entiende de probabilidades. Así que me acordé de vosotros, y me las ví y me las deseé para encontrar el valor para subirlas y después para bajarlas; pero lo hice. Lo normal sería que, al llegar arriba, hubiera una preciosa vista o un templo imponente, pero en esta ocasión no me esperaba nada. En un momento pensé: que bien, he pasado un miedo vertiginoso para nada... '¬¬ Pero luego, me alegré de haberlo hecho, aunque fuera para nada, lo importante es que me enfrenté a mi miedo y lo vencí. O al menos, eso es lo que me dijo Ixai al bajar y a mi me consuela. Al final, “quien no se consuela, es porque no quiere...” :D
Al cabo de un par de días, fuimos a Gua Tempurung. Unas cuevas gigantes que se pueden visitar de diferentes formas. Me explico, hay 4 tours. Los dos primeros son escaleras arriba, visitar la cueva y escaleras abajo. ¡Apto para todas las edades! Y los otros dos, incluyen un poco de aventura. Nosotros optamos por la aventura, ya sabéis que somos mochileros intrépidos y aventureros, jejejeje!!! ;D
Nuestro grupo resultó ser la guinda del pastel . Íbamos con una pareja de jóvenes malayos, un grupo de universitarios y 3 adultos, que parecían nuestros profesores en una excursión del colegio. La cueva en si, ya era suficientemente espectacular como para amortizar los 3€ de la entrada. Después de recorrer los escalones arriba, pasamos la valla de seguridad y empezamos a descender para encontrar el río subterráneo. Sólo empezar a bajar, ya pudimos comprobar los dotes aventureros de cada miembro del grupo: la mayoría eran igual de acojonados y poco habilidosos como yo... ¡Que alegría me dió verlo! Hasta hubo un momento, en que Ixai y yo nos descojonábamos al ver la cara de un pobre estudiante, que había sido elegido como pionero del grupo, para bajar por una especie de tobogan natural. Su expresión era de puro terror. Él miraba al guía con la boca abierta, y en cierto momento, nos miró a nosotros: dos guiris totalmente descojonados por la situación, pero en vez de enfadarse nos sonrió y eso, todavía nos provocó más risa. Para bajar ese trozo, el pionero se puso en el medio del camino, y unos 3 o 4 abajo, y nosotros nos íbamos deslizando poco a poco, hasta que nuestros pies tocaban las manos de los de abajo, y éstos nos ponían los pies en el suelo. Sólo para que veáis que realmente no era moco de pavo ese trozo, al bajar el tercer chico, al frenarle la bajada el guía, éste se cayó encima y le medio dislocó el hombro. Ah, ¿y a qué no sabéis quién le recolocó el hombro al dolorido guía? Ixai. ¡Increíble! Ahora sí, era Ixiana Jones a tope!!! :D
Bueno, después de las “peligrosas” bajadas, llegamos al río subterráneo. Debíamos seguirlo hasta llegar a la salida de la cueva. Esta parte fue igual de divertida, porque habían partes que el techo era tan bajo que debíamos gatear o arrastrarnos como los soldados, por el agua, para seguir avanzando. Esto lo tuvimos que hacer varias veces, y después de 45 minutos aprox. encontramos la salida. La verdad, que estuvo francamente bien la visita. ¡Nos lo pasamos pipa! :)))
Besos y abrazos, 
A veces ahorrar tiene un coste...



Perak Tong



Los mochileros intrépidos y aventureros.