04-07/08/2012
– Togean islands
Después
de la experiencia en Gorontalo, las islas Togian era justo lo que
necesitábamos. Nos alojamos en el Sunset Beach porque ya en el ferry
nos lo “vendieron” como un sitio tranquilo y barato. Al final, no
resultó ser tan barato, pero llegamos a un acuerdo y ambas partes
quedamos satisfechas. La ubicación era paradisíaca: 5 bungalows en
la playa rodeados de mar y jungla. Nada de mezquitas cerca, no
tenemos nada en contra de ellas hasta que llegan las 3 de la mañana
y sus altavoces empiezan a despertar a musulmanes y no musulmanes
para rezar con los cánticos y rezos del Corán, es algo muy
interesante pero una vez vivido, podemos prescindir. ;D
Una de
las mejores cosas de los bungalows es que cada uno tenía su propia
hamaca. Como no somos de estar tumbados en la arena quemándonos,
(no, gracias, el Sol para otros), cuando nos cansábamos de nadar, a
leer a la hamaca. Los pequeños inconvenientes de los bungalows tan
paradisíacos en la jungla es que estás en territorio animal, con lo
que era habitual encontrar arañas (y no hablamos de las arañitas
domésticadas que puedes encontrar en alguna casa antigua de pueblo,
noooo!!!) en el baño o en la habitación, hasta en la cama dentro de
la mosquitera encontramos un par... ¡Desastrus maximus! Aunque, poco
a poco, mi temor a ellas va disminuyendo, ya que a mayor contacto,
mayor conocimiento y menor temor.
Mirarás
donde mirarás era igual, jungla, mar, islotes cubiertos de árboles
o rocas gigantes. El paisaje era mucho más bonito que el de Bunaken.
Aunque el snorkel no resultó ser tan bueno, cosa que Ixai lamentó
especialmente los primeros momentos. Se le pasó pronto, descubrió
que había otro tipo de bichos como cangrejos gigantes y sus
preferidos estos días: langostas. Así que ya desde el primer día
iba rastreando todas las rocas en busca de alguna langosta que se
dejara ver, sin mucho éxito, pero encontró varias morenas y una
serpiente de mar; que no está nada mal.
Nuestra
rutina diaria volvía a ser de relax en estado puro. Después de
comer, en el hotel te ofrecían la posibilidad de hacer una pequeña
excursión en bote para hacer snorkel. El primer día nos llevaron a
un sitio que sin más, pero el segundo nos llevaron al lago de las
medusas. Es un lago de agua caliente, sin apenas visibilidad y lleno
de medusas y gusanos. Sí, parece un poco asqueroso y lo es, pero
este tipo de medusas no pican, así que resultaba curioso poder
tocarlas y cogerlas. Al principio, nos daba un poco de cosa, yo era
más recelosa, después de que un coral me picara, ya no me fío de
nada... pero Ixai enseguida se lanzó a tocarlas y cogerlas; y poco a
poco, yo le imité. Así descubrimos cuán sabia fue la naturaleza en
dotar a las medusas de algún poder contra los humanos. Sus
gelatinosos cuerpecillos harían las delicias de los niños y los no
tan niños.
Es
curioso llevamos más de un mes viajando y todavía cuando la gente
nos ve, nos dice si acabamos de empezar el viaje... por nuestro tono
de piel lechoso... '¬¬ Conocemos a un montón de nórdicos,
normalmente, más blancos que nosotros, vale, igual de blancos y
ellos se ponen ultra bronceados en un par de días y nosotros
seguimos lechosos, lechosos chocolateados, pero lechosos al fin... Y
eso que nos hemos quemado un par de veces... ¿Cómo puede ser? :O
¡Besotes
y más besotes!
nuestras camas en el ferry |
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