viernes, 17 de agosto de 2012

Islas Togean

04-07/08/2012 – Togean islands

Después de la experiencia en Gorontalo, las islas Togian era justo lo que necesitábamos. Nos alojamos en el Sunset Beach porque ya en el ferry nos lo “vendieron” como un sitio tranquilo y barato. Al final, no resultó ser tan barato, pero llegamos a un acuerdo y ambas partes quedamos satisfechas. La ubicación era paradisíaca: 5 bungalows en la playa rodeados de mar y jungla. Nada de mezquitas cerca, no tenemos nada en contra de ellas hasta que llegan las 3 de la mañana y sus altavoces empiezan a despertar a musulmanes y no musulmanes para rezar con los cánticos y rezos del Corán, es algo muy interesante pero una vez vivido, podemos prescindir. ;D

Una de las mejores cosas de los bungalows es que cada uno tenía su propia hamaca. Como no somos de estar tumbados en la arena quemándonos, (no, gracias, el Sol para otros), cuando nos cansábamos de nadar, a leer a la hamaca. Los pequeños inconvenientes de los bungalows tan paradisíacos en la jungla es que estás en territorio animal, con lo que era habitual encontrar arañas (y no hablamos de las arañitas domésticadas que puedes encontrar en alguna casa antigua de pueblo, noooo!!!) en el baño o en la habitación, hasta en la cama dentro de la mosquitera encontramos un par... ¡Desastrus maximus! Aunque, poco a poco, mi temor a ellas va disminuyendo, ya que a mayor contacto, mayor conocimiento y menor temor.

Mirarás donde mirarás era igual, jungla, mar, islotes cubiertos de árboles o rocas gigantes. El paisaje era mucho más bonito que el de Bunaken. Aunque el snorkel no resultó ser tan bueno, cosa que Ixai lamentó especialmente los primeros momentos. Se le pasó pronto, descubrió que había otro tipo de bichos como cangrejos gigantes y sus preferidos estos días: langostas. Así que ya desde el primer día iba rastreando todas las rocas en busca de alguna langosta que se dejara ver, sin mucho éxito, pero encontró varias morenas y una serpiente de mar; que no está nada mal.

Nuestra rutina diaria volvía a ser de relax en estado puro. Después de comer, en el hotel te ofrecían la posibilidad de hacer una pequeña excursión en bote para hacer snorkel. El primer día nos llevaron a un sitio que sin más, pero el segundo nos llevaron al lago de las medusas. Es un lago de agua caliente, sin apenas visibilidad y lleno de medusas y gusanos. Sí, parece un poco asqueroso y lo es, pero este tipo de medusas no pican, así que resultaba curioso poder tocarlas y cogerlas. Al principio, nos daba un poco de cosa, yo era más recelosa, después de que un coral me picara, ya no me fío de nada... pero Ixai enseguida se lanzó a tocarlas y cogerlas; y poco a poco, yo le imité. Así descubrimos cuán sabia fue la naturaleza en dotar a las medusas de algún poder contra los humanos. Sus gelatinosos cuerpecillos harían las delicias de los niños y los no tan niños.

Es curioso llevamos más de un mes viajando y todavía cuando la gente nos ve, nos dice si acabamos de empezar el viaje... por nuestro tono de piel lechoso... '¬¬ Conocemos a un montón de nórdicos, normalmente, más blancos que nosotros, vale, igual de blancos y ellos se ponen ultra bronceados en un par de días y nosotros seguimos lechosos, lechosos chocolateados, pero lechosos al fin... Y eso que nos hemos quemado un par de veces... ¿Cómo puede ser? :O

¡Besotes y más besotes!

nuestras camas en el ferry









No hay comentarios:

Publicar un comentario